DATA

autor: © Julio “Xulio Spírittu” Espíritu
editor en jefe: Alejandro López Morales
cuidado de la edición: Alejandro von Düben
corrección: Sarah Medina Delgado
diseño y composición: Mónica Pelayo y sintitulo
arte y viñetas: Bruno Gruppalli, “Rockanrola”, 2024
edición: primera edición, septiembre 2024
categoría: literatura contemporánea > poesía
idioma: español
dimensiones: 18 x 24 cm
número de páginas: 112 pp.
impresión: digital / rústica
imprenta: integra
digital: ebook / audiolibro
legal: ISBN 978-607-59587-3-6 (impreso) / Creative Commons (CC BY-NC-ND 4.0)
precio: $300.00 MXN

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ABSTRACT

R O C K A N R O L A es un libro de poemas del autor Xulio Spírittu. En este se presentan las emociones y los excesos de protagonistas como Safo de Lesbos, Jimi Hendrix, y una voz poética que describe la experiencia vivida en el Festival Interestelar de la Música Independiente y Maciza: Teotihuacan 2666. Es un libro que explora la relación de la música y la lírica a través de versos influidos por los festivales, los conciertos y las figuras emblemáticas de la poesía y la cultura pop.
R O C K A N R O L A es la tercer publicación de la colección literaria “LXSOTRXS”, la primer publicación individual del autor Xulio Spírittu y su primer publicación con sintitulo.

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Oraciones en alabanza al Espíritu del Rockanrola
Alejandro von Düben

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Comenzaré en vivo y directo: hablar de Rockanrola es como escuchar una sola voz que sacude y aprieta y le saca todo su jugo al silencio: los poemas hablan por sí solos o, mejor dicho, suenan y resuenan desde los ojos hasta eso que algunos llaman alma y que yo simplemente llamo Espíritu, sí, el Espíritu que trae consigo cada uno de estos poemas. Y es que, no cabe duda, lo primero que sobresale es la musicalidad como una de las virtudes más importantes de esta obra y, cómo no, si la música es aquí la excusa perfecta para profundizar en temas como el vivir día a día entregado a una viciosa pasión que te destroza, la comunión de la carne, la juventud que nunca envejece, el sinsentido en busca de una razón de Ser, la violencia en sus múltiples formas y colores y sabores y, en fin, todo esto en un escenario tanto musical como dramático, donde el ritmo poético se pronuncia en cualquier instante bajo la voz, esta vez poética, de un tal Xulio regalado, entregadísimo en sus textos como si fuera alguno de los escenarios que ha pisado fuerte con Lundra o Madre Serpiente.

Sin embargo, también hay que decirlo, en Rockanrola no todo es música, hay una propuesta que apela a sacudir y confundir todos los sentidos, apelando al tipo de correspondencia que proponía Baudelaire o, asimismo, por ese desarreglo de los sentidos del cual hablaba Arthur Rimbaud, en el cual se huelen las caricias o se saborea con el tacto o se mira con el oído. Además, la obra resalta tanto de manera visual, y no sólo me refiero a las imágenes poéticas que el autor nos (im)planta, sino también en la poesía visual que se imprime en la página dando directo en el ojo: la distribución de los versos, la espacialidad donde las palabras se lanzan a sus anchas, el poema como un lugar que —antes de ser leído— se mira y se admira, gracias en gran parte, claro, al muy buen hacer de quienes laboran sintítulo, este destacable trabajo editorial.

Por todo lo anterior, podría pensarse, quizás, Rockanrola como una obra lúdica y, sí, tiene mucho de eso, pero no por ello le falta seriedad: en su trasfondo hay un cuestionamiento a la vida y sus razones para ser vivida con el ímpetu rockero o con un arrebato sáfico, contra la norma que nos impone el sistema, incluso desde el capricho, desde el modo diferente de escribir ciertas palabras y, con ello, nombrar el mundo que en este poemario se nos propone. Tiene actitud y aptitudes como haciendo tributo a Page, a Hendrix, a la Winehouse, y también tiene un tono que se sostiene sin importar el cambio de género literario, un aire irreverente que se respira en cada verso, así como un sinfín de referencias cultas, populares y personales, es decir, muy próximas al autor, por lo cual posee distintos niveles de lectura, nos posee de diferentes formas, desde que lo reproducimos y le subimos tanto al volumen de cada poema en nuestro cuerpo que hasta calladitos nos atruenan, nos mueven y remueven el esqueleto.

Por último, como editor puedo decir que fue una experiencia muy grata leer y releer una y otra vez la propuesta poética de este Espíritu campirano, así como dialogar con él y conocer mejor la visión particular y conjunta de su obra poética. En realidad hubo pocos cambios porque la esencia —eso tan irónicamente indescriptible que tiene la poesía— desde la lectura inicial se exhalaba en cada poro o línea de sus textos. Como amigo cercano al autor, me da la sensación de que Rockanrola en realidad ya estaba escrito desde que él, Xulio, con espíritu acudió a su primer concierto, soltando su greña arrancada por el tiempo y rockeando como si el mañana pudiera vivirse con ese mismo tipo de intensidad, ese arrebato lírico

que resuena en sus poemas

que suena como a esos días

en que lo dimos todo

desde la más pura infancia

hasta lo más sucio de nuestras vidas.