Una estructura circular se erige sobre la ciudad. Un puerto vikingo crece entre su conocimiento marinero, industrial y cultural. Una figura geométrica es construida en color, los colores que pueden verse en un día, una estación, un año. Como un faro, el círculo policromático se posiciona sobre esta comunidad de marineros y exploradores. “Your rainbow panorama” (2012), pieza arquitectónica del artista danés Olafur Eliasson, complementa la plaza del museo sobre la cual está edificada y reconstruye la panorámica de una ciudad tanto mítica como antigua.
La ciudad es el universo, amplio y simple como el cosmos borgiano, es un sitio para encuentros sociales y de cohabitación. El museo es la visión de una máquina de reconstrucción humana que desafía nuestros sentidos, nuestros pensamientos y nuestras opiniones. El público es el instrumento que moldea la recepción del mundo —moldeas todo lo que recibes—. La estructura circular es el mediador entre la persona, el museo ARoS (Aarhus Art Museum) y la ciudad danesa de Aarhus; es un transporte para la visión hacia algo nuevo que enmarca la mirada y al individuo para avanzar a través de la atmósfera de colores. La curvilínea continua que limita la vista a veinte metros de distancia, revela progresivamente un tono de color después de otro para de este modo concentrar la poética de la pieza, aquella que reside en la relación distancia-tiempo. Al final, es posible ver tanto el alcance panorámico hacia el exterior, como el horizonte introspectivo — verte a ti mismo viendo.
El círculo de Olafur Eliasson dialoga sobre las dimensiones, el movimiento y el paso del tiempo. Es un compás de espacio que divide la ciudad y sus horas. El espectro de colores entona al usuario y lo transforma en un resonador, presentando así la capacidad del ser humano para moldear el color natural a su gusto, la capacidad de los dioses; mientras que a la par, hace alusión a pintores modernistas. Es una muestra del amor sobre lo que los colores dicen y hacen.
Your rainbow panorama se puede pensar como una máquina de expectaciones, puede mirar la ciudad como si se mirase a través de un vidrio que se suspende entre la urbe y el cielo. Este mirador insistirá sobre el compromiso sensorial al provocar sentir la vista y reconstruir el panorama. Una máquina de visión en la cual el color siempre intensifica la realidad.